14/11/08

VIDEO JOSE WATANABE VARAS

VIDEO: JOSE WATANABE VARAS. PARTE I

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VIDEO: JOSE WATANABE VARAS. PARTE II
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LAREDO



LAREDO


Hacia el siglo XVI, el lugar que hoy ocupa la ciudad de Laredo era conocido como "tierras y molino de doña Inés de Ayala". En el siglo XVIII, se le llamó San Nicolás del Paso, debido a que la advocación - o protección - de San Nicolás de Tolentino. San Nicolás se convirtió, así en el patrón de ese molino.


Posteriormente, el capitán español don Gaspar Antonio Remírez y Laredo adquirió la hacienda San Nicolás del Paso en 30,128 pesos. Remírez era "Tesorero general de la Santa Cruzada de Trujillo, Saña y Piura y Alcalde ordinario de Trujillo".Este personaje obtuvo el 14 de agosto de 1813, la real autorización del gobierno español para sembrar, por primera vez, caña de azúcar en su predio. Y, además, para construir un trapiche y producir azúcar. Esta industria trajo consigo la incorporación de esclavos negros.Por el lugar cruzaba el "Camino Real de Guamachuco", que partía de Trujillo y conducía a la ciudad andina, uniendo a las haciendas La Merced, San Nicolás del Paso y Galindo. El actual pueblo de Laredo no existía. Sólo habían ranchos diseminados a lo largo del camino y hoy constituyen las calles La Merced y San Ignacio.El establecimiento de la actividad industrial generó el incremento de la ranchería y la población. Además, el naciente pueblo fue conociéndose con el apellido del propietario de la hacienda.En 1878 se constituyeron, los caseríos de Laredo y la Merced, que dieron origen al pueblo de Laredo, en cuyos límites históricos se ha levantado el Arco del Triunfo.


Época Pre-Inca


En el lugar denominado "Abrigo rocoso", próximo al pueblo de "Quirihuac", se han descubierto vestigios de artesanía en piedra, propios del periodo paleolítico. Los estudios arqueológicos les otorgan una antigüedad de 12 mil años. os grupos humanos que en aquella época ocuparon la zona que hoy comprende el distrito de Laredo, no conocían la agricultura; siendo cazadores y recolectores. en los yacimientos arrojadizos, utilizados para las faenas de caza.El proceso de desarrollo de estas poblaciones comprendió varios miles de años, hasta llegar a las grandes culturas de la costa. En la "Dacha de los Reyes", del complejo arqueológico "Caballo Muerto", han hallado restos de plantas cultivadas, de caña brava, cerámica y textiles, que corresponden a una población sedentaria y con conocimientos de agricultura. Lo cual se confirma por la forma y distribución arquitectónica de la dacha. Los análisis con radio carbono 14 asignan a tales restos, una antigüedad de 1,190 años AC.El complejo habitacional y la dacha "Galindo" corresponden a la V etapa de la Cultura Moche. Los vestigios de habitaciones, corredores, pozos, etc., distribuidos en una extensa área, demuestran el elevado nivel de desarrollo técnico alcanzado por sus poblaciones, 800 años d.C.Siglos después, la Cultura Chimú se hace evidente en los territorios laredinos; especialmente en la margen izquierda del río Moche. Por ejemplo, en el cerro "Oreja" y los arenales adyacentes, se encuentran innumerables restos de su cerámica. Además, en las faldas del cerro, esta civilización construyó andenes para cultivos y un vasto cementerio, recientemente descubierto, durante las excavaciones para la construcción del canal Chavimochic.Los técnicos del Instituto Nacional de Cultura de la Libertad, se hicieron cargo de las investigaciones. Realizaron excavaciones verticales de hasta 7 metros de profundidad, logrando desenterrar osamentas de más de 800 personajes, acompañadas de ceramios y tejidos, así como de gran cantidad de utensilios y joyas de cobre y oro. Se presume que las osamentas corresponden a personajes de elevado linaje y de diferentes épocas y culturas.


Época Incaica


Los poderosos ejércitos del inca Túpac Yupanqui llegaron al valle del Chimor cuando esta cultura se hallaba en su máximo esplendor. Los incas sitiaron su capital Chan Chan y sólo lograron someter acortando el suministro de agua por varios meses. Llevaron al Chimú Cápac Minchan Caman al Cuzco, donde lo hicieron desposar a una princesa inca. Entonces, toda la costa norte pasó a ser tributaria de los incas.Los estudios históricos y arqueológicos no han encontrado evidencias del incanato en territorio de Laredo. Esto se entiende porque los pueblos conquistados se convertían en súbditos del estado cusqueño, obligados a pagar tributos consistentes en tierras, especies y recursos humanos. Pero mantenían a sus propios gobernantes, sus ideologías religiosas y costumbres. De este modo, los pueblos continuaron venerando sus "huacas" y "apus" y conservaron los ritos ancestrales.Más bien, los extraordinarios orfebres y artesanos chimúes trasladados al Cusco, cambiaron la faz de la capital inca. Convirtieron las otrora sencillas residencias de los nobles orejones, en los deslumbrantes palacios que conocieron los conquistadores españoles.Este período de dominio incaico, que duró muy pocos años, no representó, pues, ninguna influencia cusqueña para los pueblos que ocuparon los territorios que hoy comprende el distrito de Laredo.


Época Virreynal


Como consecuencia de la conquista, los españoles despojaron de sus tierras al estado Inca y a los naturales. Muy pocos señoríos lograron mantener algo de sus pertenencias.A la zona comprendida entre los cerros Pesqueda y Presidio, hasta la parte alta de la margen derecha del río Moche, según documentos de archivo, se le denominó, sucesivamente, "Asiento de Santa Catalina", "Tierras de Santa Catalina" y "pampas de Santa Catalina". En tanto, la parte baja fue conocida como "Valle de Santa Catalina", denominación que aún se conserva.En cuanto al margen izquierdo del río Moche, a la parte alta la llamaron "Valle de Nasape" o "Valle de Conache", hasta el cerro Prieto y la huaca del Sol. Y a la zona baja, "Valle de Santa Lucía de Moche", como hasta la actualidad.Los mismos documentos también señalan al "Pueblo de Indios de Santa Catalina", como el único asentamiento poblado, antes de las reducciones de indios dispuestas por el Virrey Toledo. Al ejecutarse éstas, la población indígena de esta zona pasó a formar parte de los pueblos de Mansiche y Huanchaco.En tanto que, lo que hoy es Laredo se originó en el siglo XVI como un fundo de 76 fanegadas, conocidos como "tierras y molino de doña Inés de Ayala". El territorio del actual distrito, estuvo conformado, hacia la segunda mitad del siglo XVIII, por varias estancias y haciendas. Sus propietarios, todos ellos españoles o criollos, se dedicaban a diferentes actividades agropecuarias, como cultivo de productos de pan llevar y cría de ganado, principalmente.


Época Republicana
La declaración de la independencia y el establecimiento de la República, no representaron cambios en la vida social y económica de la zona. Las haciendas continuaron con los mismos propietarios, manteniéndose el sistema colonial. La administración de Laredo, por la familia Mac Pherson y el año 1867, por don Manuel Antonio Chopitea, a quien en 1880, sucedió su hijo, don José Ignacio Chopitea Luna Victoria, elegido Senador de la República en las elecciones del año 1908.Constituidos los caseríos de Laredo y La merced, en 1878 la población fue creciendo en las inmediaciones de la planta industrial de azúcar. El 19 de Marzo de 1891 un desbastador aluvión asoló la zona y, en conmemoración a la protección divina recibida, el 14 de Septiembre de ese año se nombró Patrón de Laredo y de su agricultura, al Señor de la Misericordia.El año 1895 fue fundada en el lugar, la escuela de mujeres, N° 247, hoy llamada "La Merced". Su primera directora fue la señora Tránsito Rosales. Destacaron como directoras y docentes, la señora Consuelo Frías de Galarreta y las profesoras Isabel Zegarra y Elvia Paredes.En 1904 se inauguró el ferrocarril de Trujillo a Menocucho. En esta oportunidad se produjo la histórica visita a Laredo del Presidente Constitucional de la República, don José Pardo y Barreda, recibido con natural júbilo por los pobladores.Don Enrique Gildemeister asumió la administración de la Hacienda Laredo desde 1937 hasta 1968, este año, como consecuencia de la Reforma Agraria establecida por el gobierno militar del General Juan Velasco Alvarado, acceden a la administración los trabajadores, constituyendo la Cooperativa Azucarera Laredo; y más adelante, el Complejo Agroindustrial Laredo.


JOSE IGNACIO CHOPITEA


José Ignacio Chopitea Luna Victoria


PorMiguel Adolfo Vega Cárdenas


José Ignacio Chopitea Luna Victoria nació en 1858. Hijo de don Manuel Antonio Chopitea Villalobos y doña Dolores Luna Victoria, descendientes de nobles familias trujillanas, heredando virtudes y cualidades que le sirvieron de pedestal a sus éxitos; destacando como elemento de primera línea en el desenvolvimiento económico, político, social y cultural del país, ocupando sitial relevante como ejemplo y símbolo de pasadas y venideras generaciones de peruanos.


Se formó profesionalmente en centros avanzados de Europa, graduándose de ingeniero agrónomo y una vez en la patria tomó a su cargo la negociación agrícola de su padre, poniéndola a la altura del avance industrial de la época.


Muerto su padre en 1888, heredó la Hacienda Laredo, que por entonces sólo comprendía una reducida área de tierras de cultivo dedicadas al sembrío de caña de azúcar para elaborar chancaca en pequeña escala.La empresa industrial que llego a forjar este trujillano, revolucionó la incipiente industria cañera nacional, ya que introdujo en Laredo un ingenio con la más alta tecnología en la industria azucarera.Las demandas del mercado nacional y extranjero obligaron a ampliar sus campos de cultivo y a instalar un nuevo ingenio azucarero; ingenio que fue diseñado por él y bajo sus instrucciones fue construido en Inglaterra y Francia, al que dedicó su vigorosa juventud y su nato espíritu creador.


Su sensibilidad social lo llevó a establecer escuelas, viviendas, clubes, cine, así como un modernísimo hospital para sus empleados, obreros, sus hijos y familiares.Treinta años de fecunda labor, diligente y esforzada labor en el noble campo de trabajo, así como su agitada vida de realizaciones sociales, lo califican para ocupar lugar expectable entre los prohombres que forjaron nuestra nacionalidad.


Don José Ignacio Chopitea y Luna Victoria, fundador del Club Central de Trujillo y Senador de la República, fue casado con doña Fortunata Heudebert y González, dama limeña con la que formó su hogar. Don José Ignacio falleció en 1923.Trujillo del Perú, noviembre de 2008

VIDEO: LLEGANDO A LA CIUDAD DE LAREDO

VIDEO: LLEGANDO A LA CIUDAD DULCE DE LAREDO
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Después de mucho tiempo un músico laredino regresa a su añorado Laredo. Mejor veámoslo:

EL POETA DETRAS DE LA NIEBLA


El poeta detrás de la niebla


Hijo de un inmigrante japonés y una campesina norteña, el mestizaje de José Watanabe enriqueció de forma única las letras castellanas. La poesía peruana ha perdido a una de sus voces imprescindibles

Por Enrique Planas


Una imagen de infancia: bajo el sol de Laredo, el pequeño José Watanabe observa cómo se derrite un trozo de hielo. Aprecia esa tenue película de vapor que va despegándose del cristal que se adelgaza hasta no dejar rastro sobre la mesa. Este recuerdo motivó el título para "El guardián del hielo", imprescindible recopilación de su poesía editada en Bogotá por el sello Norma el año 2000. Con esta prístina y cotidiana imagen, el poeta reflexionaba sobre lo efímero de la existencia. Para Watanabe, ese era el oficio del poeta: ser testigo de lo fugaz, como el hielo que inevitablemente se derrite.


Su sorpresiva muerte a los 61 años, ratificó estas certezas poéticas. Watanabe siempre intentó dejar el registro de esa vida huidiza a lo largo de 35 años de poesía y siete extraordinarios libros que tenían a un público pendiente de cada nueva entrega. Se encontraba en un momento extraordinario de su carrera: un reconocimiento internacional creciente, increíble éxito editorial (Su libro "La piedra alada" se colocó durante seis meses como el poemario más vendido en España), y una diversidad de proyectos creativos que lo llevaban en los últimos años de la poesía al cine, al teatro, a la música y los cuentos para niños.


Watanabe murió a las 11:30 de la noche del miércoles en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas. Un cáncer a la garganta actuó con despiadada rapidez, a pesar de que había sido detectado en una fase temprana y los reportes médicos se mostraban optimistas. No era la primera vez que Watanabe enfrentaba a la muerte, pues en 1986 supo esquivarla al tratarse en una clínica alemana de un cáncer al pulmón.


EL POETA


Junto con Enrique Verástegui, Jorge Pimentel, Tulio Mora, o Abelardo Sánchez León, José Watanabe integra una de las generaciones más prolíficas de la poesía peruana. Más aun, vista en perspectiva, su obra es la que mejor ha resistido el paso del tiempo en comparación con la de sus compañeros del 70. En ella, además de las influencias de la poética japonesa del haiku, el simbolismo francés y el arraigo en lo cotidiano, el tema del cuerpo se imponía como una de sus reflexiones más profundas. En efecto, para el poeta nacido en Laredo en 1946, de padre japonés y madre peruana, el cuerpo era la única patria, la única posesión real. Un cuerpo que impone sus reglas, y con la madurez, se convierte en un lastre.


"Después de tantos años, un poeta comienza a sentir una especie de desazón o de cinismo frente a la vida y la poesía. A mí, la poesía me salvó realmente, vitalmente. He estado enfermo, he pasado mil cosas, y creo que si no hubiera sido por la poesía hasta me hubiera suicidado", confesó el poeta en una de sus más recientes entrevistas.


La enorme curiosidad del poeta laredino lo llevó a explorar muchos otros lenguajes creativos. Su crédito como guionista aparece en películas como "La ciudad y los perros" de Francisco Lombardi, o "Alias La Gringa" de Alberto Durand. Igualmente, en el teatro logró el reconocimiento internacional con su versión libre de "Antígona" de Sófocles, montada por primera vez en 2000 en el escenario del grupo Yuyachkani. Miguel Ángel Rivera, director peruano residente en México, quien presentó esta obra en el prestigioso teatro Juan Ruiz de Alarcón, en la capital azteca, comentó que el autor proyectaba escribir una obra teatral en torno a la muerte de Abraham Valdelomar. Ciertamente, ese no será el único proyecto inconcluso. Watanabe deja sin terminar no solo poemas en el disco duro de su computadora, sino también proyectos de ficción con jóvenes escritores peruanos, así como continuar su línea de cuentos para niños. Eduardo Tokeshi, renombrado artista plástico quien ilustraría estas ediciones, lamenta que su amigo solo haya podido concluir un último cuento después de "Don Tomás y los ratones", recientemente publicado.


EL HOMBRE BUENO


Pero para hablar de Watanabe no basta celebrar su extraordinario legado artístico. Para elaborar un rápido retrato, los amigos no dejan de comentar su tímida sencillez, su enorme generosidad, su lúcido sentido del humor y su desprecio a cualquier pose o vanidad literaria. Pepe confesaba con orgullo que nunca había tenido dinero ni propiedad alguna. Que su mayor orgullo había sido educar a sus tres hijas. No era un poeta que vivía en una torre de cristal. Era el observador que, con sabiduría, registraba en sus poemas el mundo en que vivía y del que participaba con entusiasmo. Un mundo en el que, desde ya, hace mucha falta.


EN PUNTOS


Watanabe nos deja un enorme legado

Su poesía

Siete notables libros forman el legado de José Watanabe: "Álbum de familia" (1971), "El huso de la palabra" (1989), "Historia Natural" (1994), "Cosas del cuerpo" (1999), "Habitó entre nosotros" (2002), "La piedra alada" (2005) y "Banderas detrás de la niebla" (2006).


Antologías

Cuatro recopilaciones difunden su obra en Iberoamérica y los países de habla inglesa: "Path through the Canefields" (Londres, 1997), "El Guardián del Hielo" (Bogotá, 2000). "Elogio del refrenamiento" (Sevilla, 2003), y "Lo que queda" (Caracas, 2005)


El cine

Watanabe fue el guionista de "Maruja en el infierno" (1983) y "La ciudad y los perros" (1985), ambos filmes de Francisco Lombardi; "Ojos de perro" (1981) y "Alias La Gringa" (1991), de Alberto Durant; "Anda, corre, vuela" (1993) de Augusto Tamayo y "Reportaje a la muerte" (1992), de Danny Gavidia.


El teatro

Como dramaturgo, fue internacionalmente reconocido por su versión libre de "Antígona" de Sófocles, llevada a escena originalmente por el grupo Yuyachkani en el año 2000. Se ha presentado ya en escenarios de Santiago de Chile, Buenos Aires y Ciudad de México.


Cuentos para niños

En los últimos años, Watanabe publicó deliciosas narraciones para niños como "El lápiz rojo", "Melchor, el tejedor" y "Andrés Nuez perdido entre las frutas", con ilustraciones de Piero Quijano y César Ramos. Recientemente, la editorial Peisa lanzó "Don Tomás y los ratones" con espléndidas imágenes de Eduardo Tokeshi.


REACCIONES


JORGE PIMENTEL Poeta

"Gran amigo, gran poeta. Hablábamos por teléfono solo para reírnos. En lugar de tener conversaciones serias, Pepe disfrutaba ironizando sobre la vida y los acontecimientos cotidianos. Para mí, él seguirá siempre vivo, gracias a su poesía, a su sensibilidad y a su elegante forma de enfrentar la cotidianidad".,


IVÁN THAYSEscritor"

Fue la persona más curiosa que conocí. Mientras trabajaba escribiendo guiones sobre personajes famosos, José se volvió un experto en las aficiones de estas personas. Por ejemplo, si escribía sobre Jorge Chávez, se volvía un experto en aviones. Su poesía es la de una persona que va por el mundo intentando descubrir los códigos secretos de la naturaleza".,


EDUARDO TOKESHIArtista plástico

"Mas que poeta, escenógrafo, guionista o director de arte, José era mi amigo, mi hermano. Cuando se muere alguien tan creativo como él, nos deja el hueco de todas las cosas que ya no se van a poder leer. El último trabajo que hicimos juntos fue "Don Tomás y los ratones", un libro infantil que prueba su gran versatilidad. Escribir cuentos infantiles era solo una cosa más de tantas que sabía hacer".,


RAFO RÁEZMúsico

"Él era muy detallista y no se apresuraba con las cosas: justamente lo que se puede esperar de la personalidad de un poeta. Su papá era un japonés que chacchaba coca, su mamá una mestiza moche. Era una persona única, abierta a todo, no solo a lo solemne sino también a lo ligero. Era un humanista,. Ya debe estar hablando con Vallejo. Hizo muchas cosas lindas. Se merece todos los homenajes".

Poesía Completa de José Watanabe



Poesía Completa de José Watanabe
Se acaba de publicar en españa con el sello editorial pre - textos. En la Colección La Cruz del Sur. Lleva prólogo de Darío Jaramillo.

Carlos Villanes Cairo. Madrid.


En España, a José Watanabe (Laredo, 1945 - Lima, 2007), se le lee cada vez más en los institutos y en las universidades porque siempre habla con la sapiencia del verdadero poeta, sin los malabarismos del pensamiento ni la vacua pedantería del lenguaje, que ensombrece a los bardos de uso, hace huir a los lectores y ha convertido a la poesía en la Cenicienta de las editoriales.

Pero también disfruta de su literatura la gente anónima, la que sin grandes campañas de publicidad lo mantuvo con La piedra alada, un libro anterior, en el pedestal de los más vendidos durante casi un año, colocándolo a lo largo de 9 semanas en la cima del podio.

La salida de sus Poesía Completa en la Colección La Cruz del Sur de la editorial valenciana Pre-Textos (456 pp.), con un afinado prólogo de Darío Jaramillo, reafirma el aprecio de una lectoría hispanohablante cada vez más entregada a su arte.

Atípico en su formación, casi autodidacta, hijo de jornaleros de hacienda y mestizo, de un japonés emigrado y una mujer de extracción andina, para Watanabe la aprehensión de la poesía era como el fugaz destello de un flash, la captación instantánea de una imagen vista a través de la niebla, donde los contornos precisos se difuminan pero queda la esencia que le conmueve, deslumbra y empuja a escribir con urgencia vital, nunca visceral, pese al cáncer que lo atenazaba. Lo descubrió todavía adolescente y se lo contó a Pedro Escribano, viendo en La Punta la salvadora semántica del cruce de señales marinas agitadas de banderas en la niebla; para evitar el naufragio cotidiano de la incuria, el ninguneo, la ausencia en grupos generacionales o pabellones desplegados de los años 70 y 80 cuando protestar era imperativo. Pero la verdadera poesía nace acorazada. Y Watanabe en su parquedad, la sencillez de sus versos y sus temas, es conciso, preciso y directo. No está con amaneramientos de imitación a los mayores, ni a los "ismos", que convierten a muchos poetas en herbazal bajo los grandes árboles y a empedrar el infierno literario con sus buenas intenciones.

Un sutil y extraño panteísmo, una envolvente hierofanía, al alimón oriental y peruanísima, movía su pluma en un universo de pueblo, de hacienda azucarera, como fue Laredo, su tierra nativa ahora casi fantasma, pero que fue bellamente real en su niñez, cuando la gobernaban señores de horca y cuchillo. Watanabe huye de toda reivindicación, de toda bandería política y literaria. Para él es más importante redescubrir el amor de familia, la exquisitez de la naturaleza, el destino final de los días del hombre; en suma la vida cotidiana a la que miraba embelesado, buscando descubrir el chispazo, la mínima señal que le indicara que ahí había un poema. Ha confesado que gozaba más escribiendo que leyendo, por eso fue capaz de interpretar el lenguaje secreto del mundo y entregárnoslo en forma de poesía como Tagore, como la parte terrígena de Neruda, como los misterios marineros de Frost, y los adormilados abetos del sueco Martinson, premio Nobel en 1974.

Viernes,14deNoviembre2008




LA HUACA DE LOS REYES

Por Renzo Guerrero de Luna.
Corresponsal El Comercio

Los liberteños creyeron durante años que la primera cultura organizada de su región fue Chimú. Por consiguiente, se asumieron descendientes de los chimúes. Con la aparición de Huaca Rajada dicha idea cambió, pues la civilización Moche pasó a ser la más veterana. Sin embargo, estudios que se realizan desde los años 70 revelarían que la cultura Cupisnique, con más de 3 mil años de antigüedad, es la más remota de todas las establecidas en dicha zona.

Cupisnique tuvo su templo principal en la Huaca de los Reyes, que es considerado el más antiguo del valle de Moche. Durante 33 años ese lugar estuvo abandonado, tras los primeros trabajos que dieron con su descubrimiento hasta 1975.

Hoy el director del Instituto Departamental de Cultura de La Libertad (INC-La Libertad), Enrique Sánchez Maura, celebra que se haya concluido el expediente técnico para iniciar la recuperación de la Huaca de los Reyes, ubicada sobre las faldas del cerro San Carlos, en el complejo arqueológico Caballo Muerto, a tres kilómetros al norte del río Moche y a 15 minutos al norte de la localidad de Laredo.

Según Sánchez, se espera que el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) apruebe el mencionado expediente para así poder recibir los cinco millones de soles que se pretenden invertir, en una primera etapa, en estas ruinas arqueológicas.

"Es importante recuperar esta huaca porque es la primera cultura organizada en la región. Igual somos Chimú y Moche, pero esta civilización es más antigua. Estoy convencido de que mientras más profundas sean nuestras raíces, nuestra riqueza cultural será mayor", indicó.

Sánchez estima que en la primera etapa de la puesta en valor de Huaca de los Reyes, que podría durar cuatro años, se avanzarán los trabajos de investigación y restauración que permitan incluir estas ruinas en el circuito arqueológico de la región. "La idea es que los turistas vengan a un sitio que presente las condiciones necesarias. Ahora eso no es posible", puntualizó.

UN TEMPLO DE LOS SACRIFICIOS
Para Víctor Piminchumo Hurtado, arqueólogo del INC y uno de los principales forjadores del proyecto de Huaca de los Reyes, este templo es de los más importantes de la región, no solo por su antigüedad, sino también por lo que se oculta debajo de cientos de kilos de piedras y arena.

El arqueólogo refiere que en los primeros trabajos de investigación en Huaca de los Reyes se pudo observar que el templo presenta decoración de relieve en barro donde destaca la iconografía propia de los cupisniques: figuras humanas con forma de felinos, la serpiente y el halcón. Asimismo, se observaron varias cabezas macizas de estos animales considerados deidades, las que llegaron a medir hasta 1,2 metros por lado y cuyo fin era atemorizar. Por estas características se cree que se trataba de un templo ceremonial donde se realizaban sacrificios.

También resalta la estructura del templo, el cual presenta un patio principal, plataformas a desnivel, escalinatas que rodean una construcción en U y columnas de hasta seis metros de altura con diseños en sus bases parecidos a patas de lagarto. El recinto en recuperación tiene además cuartos y dos edificaciones laterales que definen la tradición de los templos prehispánicos.

Piminchumo sostiene que la investigación permitirá consolidar la teoría de que la cultura organizada más antigua de La Libertad influenció a muchas de las que se consolidaron después, como Chavín de Huántar, con la que guarda mucho parecido.

"Nuestra idea es rescatar este monumento que ha sobrevivido en estos últimos tres mil años pese a los fenómenos climáticos. Lo que ahora vemos es un botón, ni el 3% de lo que existe y fue protegido al cubrirse con piedras y cañas. Necesitamos la ayuda de todos, de la empresa privada y de los pobladores para que una vez que el proyecto comience no se paralice", refiere el investigador.

Según este arqueólogo, de los cupisniques descienden los moches y los chimúes y muestra de ello es el trabajo que realizaban en orfebrería, cerámica, sistemas hidráulicos y agricultura. "Debemos recuperar esta cultura para los libros de historia y para el mundo", sentenció el arqueólogo que confía en que la herencia de los cupisniques sea revalorada luego de 33 años de olvido.

http://www.elcomercio.com.pe/ediciononline/HTML/2008-09-07/iniciaran-recuperacion-templo-principal-cultura-cupisnique.html

7 de setiembre del 2008

9/11/08

LAREDO Y SU HISTORIA

LAREDO Y SU HISTORIA

El sector conocido hoy día como Laredo remonta a su origen desde varios siglos a. de C. Quirihuác, por ejemplo, está considerado uno de los centros poblados y culturales más antiguos del Perú, al igual que el internacionalmente famoso Complejo premochica "Caballo Muerto" (Galindo).

Todo el sector es riquísimo en restos arqueológicos, incluyendo el Monumento de Sacachique. De esta singular época pre-incaica se conserva hasta la actualidad los nombres aborígenes de: Menocucho, Quirihuác, Katuay, Vichansao, Conache y Sacachique. Igualmente su admirable sistema de riego, proveniente del río Moche, en donde destaca la acequia La Mochica, que desde la conquista española se lla considera como el principal canal de la ciudad de Trujillo.

Por : Dr. Roberto Meza Finochetti

ORIGEN DE LA HACIENDA LAREDO

El predio rústico Laredo existe desde la llegada del conquistador español. Uno de sus más antiguos propietarios fue el maestro de campo Felipe Coronel y Mendoza, conforme consta en el testimonio del 22 de octubre de 1644, extendido ante el escribano real Francisco Nieto.

En el siglo XVIII encontramos a la mencionada hacienda con su primer nombre en español: San Nicolás del Paso. El doctor Gaspar Antonio Remírez y Laredo adquirió su dominio en remate por el precio de 30,120 pesos.La compra venta comprendió 79 fanegadas de tierras, un corto olivar,un molino de agua para hacer harina y 73 negros esclavos. En el año 1760, siendo propietario Remírez y Laredo, la hacienda estaba en condiciones de laborar 200 arrobas de caña de azúcar.

El apellido de la familia Remírez y Laredo (con título nobiliario de condes) van a dar motivo para cambiar el nombre de ka citada hacienda por el de Laredo, hecho que tiene su origen a fines del siglo XVIII.

Posteriormente la Hda. Laredo pasa a ser propiedad de la familia Macpherson. Años después por escritura pública, de fecha 02 de marzo de 1867, Juan F. Macpherson vendióla hacienda Laredo a Manuel Antonio Chopitea.

CASERIOS DE LAREDO Y LA MERCED

En el año 1878 acaeció un hecho social relevante: el nacimiento de los caseríos de Laredo y La Merced. Uno de los que contribuyó decididamente a dicha formación fue el dueño censatario de la hacienda La Merced, Modesto Santa María, quien luego de lotizar parte del caserío del mismo nombre, procedió a transferir algunos lotes que había cedido en censo con fines de vivienda.

LAREDO A FINES DEL S. XIX

En noviembre de 1881, José Ignacio Chopitea tomo en arrendamiento a la Hda. Laredo, asumiendo personalmente la administración de la misma. En 1883 se puso fin al contrato de semiesclavitud que existía con los chinos en Laredo, los que habían tenido a su cargo el cultivo de la caña de azúcar.

De inmediato se les reemplazó con el sistema de "enganche", instalándose la primera contrata con campesinos traídos de la Sierra.

En 1886 llegan a Laredo sus primeros maestros: Tránsito Rosales Valencia y Eliseo Berrú, quienes establecen las primeras escuelas, de primer grado de Primaria, para mujeres y varones, respectivamente. En los años subsiguientes se las convierte en escuelas municipales con valor oficial.

Luego del deceso de Manuel Antonio Chopitea, su hijo José Ignacio Chopitea Luna Victoria, en junio de 1889, se convierte en propietario exclusivo de la Hda. Laredo.

En marzo de 1881 Laredo casi sucumbe ante los efectos devastadores de un aluvión, por lo que la comunidad viose obligada a sacar en procesión al Señor de la Misericordia. Superada la crisis se le nombró Patrón de Laredo.

LAREDO EN EL SIGLO XX

En julio de 1906 Laredo recibió por primera vez la visita de un Presidente de la República: José Pardo con ocasión de la inauguración del tramo ferroviario Laredo-Quirihuác-menocucho.

Entre los años 1909-1911 empieza la lucha por las reinvindicaciones sociales de los trabajadores. En 1911 se produce la más sangrienta huelga de toda la historia de Laredo, dejando un saldo de no menos de cien campesinos contratados muertos. Lucha que continuarán años después los obreros de y el Sindicato de trabajadores.

El 23 de agosto de 1919 se bendijo e inauguró la Iglesia "Jesús y María", cuya construcción estuvo bajo la dirección del alemán Rob Renner.

El 7 de julio de 1932 importante sector del pueblo laredino se vio compelido a coparticipar en la rebelión contra la tiranía y la opresión impuesta en "El Año de la Barbarie", al decir del autor G. Thorndike.

El 20 de diciembre de 1961 mediante la Resolución Ministerial Nº 1195-F, la primera en su género, se regularizó como urbana la zona construída del Pueblo de Laredo, según el Programa propuesto por la Negociación Azucarera Laredo Ltda. y la Asociación de Propietarios de casas de Laredo y La Merced. En ese mismo año circuló el primer periódico laredino llamado "Laredo Avanza".

El 28 nde diciembre de 1961 se promulgó la Ley Nº 13792, por el Gobierno Constitucional de Manuel Prado Ugarteche, que crea el Distrito de Laredo, cuya capital es el pueblo del mismo nombre.

En el año 1964 empieza a funcionar el primer Colegio Secundario de Laredo denominado "Antenor Orrego". Asimismo, sale a la luz la primera revista laredina llamada "Laredo", órgano del Dpto. de Relaciones Industriales de la Negociación Azucarera Laredo.

El 19 de junio de 1970 fue reconocida la Cooperativa Agraria de Producción Laredo Lta. Nº 16 y el 24 del mismo mes se le adjudica gran parte del complejo agro-industrial Laredo, en aplicación de la Ley de Reforma Agraria que dictara el Gobierno de Velasco Alvarado.

El 9 de diciembre de 1878 se conmemoró en forma jubilosa el primer Centenario de los Caseríos de Laredo y La Merced por el "glorioso pueblo de Laredo", justo calificativo que con ocasión del histórico aniversario le pusiera el Presidente de la Asamblea Constituyente del Perú Dr. Víctor Raúl Haya de la Torre. En dicha efeméride que organizó la Junta I Centenario de los caseríos de Laredo y La Merced, se creó el Escudo, la Bandera y el Himno a Laredo que expresan la lucha por la justicia social y el espíritu democrático, religioso y progresista del pueblo laredino.

(1) Durante todo el Virreinato, Laredo fue una hacienda pequeña. Después de la Independencia amplió su extensión como consecuencia del proceso de absorción de la propiedad agraria. En el año 1937 se formó el latifundio "Laredo Grande", al acumularse a la Hda. Laredo los predios rústicos de: Bambás,Herederos,Galindo, Quirihuac Alto, Quirihuac Bajo y Menocucho.

(2) Tal es el caso de la compraventa del lote de terreno que se celebrara el 24 de agosto de 1880 a favor de Julián Zavaleta.
(3) El supremo recurso de la rebelión está mencionado en el Preámbulo tercer Considerando de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
(4) El Pueblo de Laredo está constituído por los caseríos de Laredo y La Merced. Desde los primeros años se consideró al caserío de La Merced como "gran parte del caserío de Laredo, conforme puede verse en el períodico "El Porvenir" de Trujillo en su edición del 20 de enero de 1883 pag. 4.
(5) El proceso de afectación predio rústico "Laredo Grande" y otros de propiedad de la Negociación Azucarera Laredo Ltda. S.A. se inició el el 24 de junio de 1969, de acuerdo a lo estipulado por el

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